LA NECESIDAD DE REFORMAS POLÍTICAS
El proceso de reforma constitucional es necesario en
nuestro país, sería un pésimo y lamentable referente para el espíritu de la
democracia mantener la Constitución de 1993 como tal, teniendo especial
significado el proceso de reforma para el destierro de la impunidad y la
construcción de un verdadero estado de Derecho, en el que se obtenga un nuevo
pacto social que signifique la reafirmación de la democracia y la defensa de la
persona humana, para que jamás nadie en el futuro imponga sus reglas bajo intereses
personales en base a la fuerza, porque el Poder de la Constitución, el Derecho
y la Democracia se impondrán. Primordialmente se deberá de refortalecer el
capítulo referente a la persona y los derechos humanos como fin supremos de la
sociedad, y recapitulizar lo correspondiente a los derechos sociales como se
establecía en la Constitución de 1979 referente al capítulo del matrimonio, la
salud, la educación, los derechos laborales, etc; luego el fortalecimiento de
los pilares de nuestra democracia como lo son las reformas políticas, ya que es
necesario invertir en la democracia para alcanzar una gobernabilidad con
legitimidad, debiéndose empezar por fortalecer los partidos políticos y que
ninguna persona sea separada o marginada de un centro de estudio o laboral por
su militancia partidaria, con ello incentivaríamos a la población a que
participen dentro de los partidos y se fomente la docencia política de acuerdo
a sus principios e ideales, desterrando ese magro apoliticismo que
lamentablemente se propugnan en algunos medios reaccionarios, opinando que
debería desaparecer el Congreso, lo cual es un signo de inmadurez crónica de
nuestra población.
Uno
de los puntos principales a tratar sobre la Reforma Constitucional se enmarca
en que actualmente tenemos un Poder Legislativo débil y sin especialización de
funciones, debiendo necesariamente ser fortalecido con la reinstauración del
sistema bicameral, en contra de las corrientes de quienes afirman de que crear
una segunda cámara sería nefasto para el país ya que ocasionaría mayores gastos
al erario nacional, lo cual es una falacia, porque existen varios argumentos y
pruebas que eso no es así, según las fuentes del Congreso de la República se
puede comprobar que el presupuesto para el Congreso de 1991 en el cual había
180 diputados y 60 senadores ascendía a S/. 36’477,154 nuevos soles, mientras
que el Congreso Constituyente de Fujimori en 1993 compuesto de 80 miembros
costó S/. 43’887.858 nuevos soles, mientras el actual congreso unicameral que
tenía 120 miembros al año 2002 costó S/. 265’000,000 nuevos soles, y según
fuentes del Congreso de la República al cierre del año 2011 el presupuesto
ascendió a S/. 411’649,671 nuevos soles, con tan solo 130 congresistas, como
dicen nuestros constitucionalistas peruanos, nuestro país posee uno de los
Congresos más pequeños y más caros del mundo. Resulta paradójico que a menos
miembros cuesta más caro, efectivamente es la realidad, obra de la dictadura de
los años 90, así que establecer un
sistema bicameral con 50 miembros más como senadores no costaría más que la
actualidad, las matemáticas lo demostrarán siempre y cuando se hagan ajustes
salariales y una correcta administración en la distribución de materiales y
mobiliarios, con la condición de que exista una administración única de
ambas cámaras con la aprobación de una nueva organización salarial de los
miembros (se reduciría el sueldo para diputados y se mantendría para los
senadores) sin el incremento el número de personal administrativo, con ello
habría mayor eficiencia en el Congreso y a menos costo con un sistema
bicameral, lo cual sería un golpe duro a los falsos propagandistas mediáticos
que prefieren eliminar todo vestigio de docencia política dentro de nuestra
sociedad, siendo esta reforma positiva al ser el Congreso de la República una
institución pública importante dando un ejemplo de democracia al mundo.
El
siguiente punto de importancia es la representatividad parlamentaria, es
necesario tener una mayor representatividad, actualmente nuestro país se
encuentra subrepresentado en el Congreso, de acuerdo al sistema constitucional
internacional, el número de representantes al Congreso debería ascender al
número equivalente a la raíz cúbica del número de población por país, siendo el sistema unicameral para
aquellos países pequeños que cuentan con menos de 13 millones de habitantes,
tal es el caso de Ecuador, los países centroamericanos y los de Europa del Este
y Nórdica; en el caso de nuestro país tenemos casi aproximadamente 30
millones de habitantes y por lo tanto deberíamos contar con un sistema
bicameral tal y como ocurre en los países de democracia madura que no
necesariamente son federaciones como es el caso de Colombia, Bolivia, Chile,
Paraguay, Uruguay, República Dominicana, España, Francia, Irlanda, Italia, Países
Bajos, Japón, etc por citar algunos ejemplos de países unitarios como el Perú,
lo cual desterraría la falacia de los unicameralistas quienes dicen que el
bicameralismo es para países federales como Argentina, Brasil, México, Canadá,
Estados Unidos, Rusia, Alemania, Austria, India, Etiopía, etc, porque ahí los
senadores representan a los Estados, ó dicen que el bicameralismo es para
división de clases sociales como el Reino Unido (Cámara de los Lores y Cámara
de los Comunes), lo cual es totalmente falso ya que los países antes
mencionados de sistema unitario el bicameralismo sirve como un soporte o
balance de poderes con especialización de funciones reflexiva y política, para
construir democracias fuertes y representativas, además de coadyuvar en el
proceso de descentralización y desconcentración del Poder, planteándose
para el caso peruano una reforma que de los 50 senadores o 60 senadores sean
elegidos por sufragio electoral en distrito único (con visión nacional),
reservándose unas curules para los pueblos originarios como sucede en el modelo
colombiano en donde la población nativa tiene su distrito electoral propio con
sus escaños, mientras que de los 130 o 150 diputados que conformarían una
cámara baja serían elegidos mediante elección universal por distrito múltiple
en base a los actuales departamentos, ya sea aplicándose una cifra repartidora
proporcional con un sistema de Hont, o por distritos uninominales o
binominales, instaurándose para ello en la cámara baja la figura de la
renovación por mitades durante la mitad del período legislativo de 05 años para
el que ha sido elegido (debiendo descartarse la renovación por tercios por
funcionar en legislaturas elegidas por períodos de seis años en cada tercio del
período). Debiendo estipularse como medida transitoria que una vez culminada el
proceso de regionalización, el Senado sería elegido en base a ella en
detrimento del distrito electoral único.
Por último para que ésta reforma sea completa y
debidamente fortalecida se deberá eliminar el nefasto voto preferencial que ha
debilitado los partidos políticos, y establecer el voto voluntario, con ello se
fortalecería al sistema de partidos políticos, se buscaría generar un interés
dentro de la población por participar cívicamente de los sufragios, sin que lo
sientan como una obligación sino como un derecho, pidiéndose implementar
gradualmente por medio de una disposición transitoria especial para que se comprenda
todo el territorio nacional al 2016 para las elecciones municipales y al 2021
para las elecciones presidencial y durante ese tiempo se fortalezcan los
partidos políticos como verdaderos centros de debates y escuelas políticas.
Reforma Constitucional Política sobre la conveniencia y la necesidad de
reinstaurar el Sistema Bicameral en el Perú
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