Hoy envío una nueva lectura. Para Uds, con quienes comenzamos primero en el empeño, es la quinta. Es la parte final del libro de Giovanni Sartori que se llama “La democracia en 30 lecciones”, la que comprende capítulos muy importantes.
El capítulo 25 habla del multiculturalismo y el pluralismo. Su enfoque es muy interesante porque cuando se habla de un multiculturalismo inconexo no hay manera de hacer Nación. Precisamente en forjar una identidad que en rasgos importantes tiene que ser pareja, es que se encuentra este paso. La gente habla constantemente de este factor, pero pocas veces comprende la hondura del concepto.
El capítulo 26 habla de la relación entre democracia y desarrollo, y echa por tierra aquella pretensión que la democracia sólo es posible en los países avanzados.
El capítulo 27 habla de los límites del mercado, del que se quiere pensar que puede solucionarlo todo poniéndose así en un extremo que impide que se desarrolle en lo público.
El capítulo 28 habla sobre el fiasco de las previsiones donde toca la necesidad de conocer por parte de la población cada vez más conceptos que le permitan prever y guiar en serio su futuro.
El capítulo 29 que habla del cálculo de los medios. Es necesario conocer los instrumentos que nos van a acerca hacia los fines. No basta enumerarlos. En política hay que prepararse, hay que estudiarse y hay que conocer la naturaleza de las instituciones y los efectos que pueden tener las que inventamos.
Finalmente, el capítulo 30 que es un colofón, donde señala que la democracia está en peligro si no la pensamos en serio.
Aquí van algunos párrafos que creo resaltan en la lectura. Lean todo el texto, que no es mucho. No hay que tener la cultura de la chispa instantánea, sino de muchas ideas que nosotros, cada uno, procesamos.
(PÁRRAFOS)
Me gustaría finalmente que me retornen este correo, con uno suyo a mi dirección electrónica que es: albertoboreaodria@gmail.com
Díganme si les gustó. Si les parece muy largo o muy corto los extractos que les envío.
Me gustaría saber si Uds. estarán en disposición de enfrentarse a una suerte de prueba sobre lo que estamos leyendo.
Finalmente, no se olviden de los planillones para que se proceda al estudio de la reforma del sistema constitucional.
Me despido con la cordialidad de siempre.
Alberto Borea Odría